DISTRIBUCIÓN ALIMENTARIA COMPRA SOSTENIBLE
Aumenta el interés por los grupos de consumo que autogestionan su cesta de la compra directamente con los productores.

En Castilla y León hay 25 y abastecen a 860 familias conscientes de que cada elección alimentaria tiene consecuencias sociales y económicas.
Están comprometidos con la rentabilidad del campo, la sostenibilidad del medio ambiente y la defensa de los alimentos ‘eco’ y ‘lógicos’

Practican un consumo soberano y con sus cestas de la compra aportan un granito de arena para un mundo más solidario. Aunque cada agrupación presenta particularidades, todos comparten un mismo postulado ecológico que va mucho más allá de la mera apuesta por alimentos sin aditivos químicos (que también). Comer ecológico implica proveerse de empresas familiares, artesanas y próximas, abogar por el comercio justo y por la distribución en circuitos cortos, apoyar la rentabilidad y el futuro de las explotaciones agropecuarias, establecer una relación personal con el productor, esquivar la especulación de los mercados y defender una alimentación de calidad, saludable y de temporada.
En definitiva, es apostar por los alimentos ‘eco’ y ‘lógicos’.
Una vez por semana o cada quince días recogen la mercancía previamente encargada, procedente directamente del campo. En martes alternos tiene lugar la quedada de los seis grupos existentes en Segovia, la provincia que está registrando una mayor efervescencia de consumo sostenible. Se reúnen en el Silo y allí retiran las verduras de la huerta segoviana, lácteos artesanales, carnes de la cercana sierra, legumbres, aceites... que se llevarán a la boca con la seguridad de que carecen de química. Y de que han sido producidos a la vuelta de la esquina. «Un kiwi de Nueva Zelanda es ecológico allí; aquí no», explica Susana, poniendo el acento en los innecesarios costes energéticos para una distribución de larga distancia. Ella pertecene a Malahierba, uno de los colectivos más veteranos de la Comunidad. Fundado en 1997 por un grupo de amigos, catorce años después mantienen intacta su compra doblemente responsable: con uno mismo (con la propia salud) y con el entorno.
Diecisiete unidades familiares aglutina esta agrupación, impulsora a su vez de las otras cinco surgidas posteriormente en Segovia capital, en Torrecaballeros, La Losa, La Granja y Valsaín. «No queríamos crecer, porque el crecimiento impide esta forma de gestión», agrega esta profesora de Biología que valora «la revolución » que están protagonizando los productores ecológicos de Castilla y León. «La ecología es una ciencia muy compleja, no consiste en volver atrás, sino en investigar, en saber más para hacerlo mejor», dice.

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